El nombre “Artemisa” sonó en mi inconsciente una mañana al despertar, mientras estaba en la búsqueda de un nombre eficaz para darle al proyecto apenas creado. Leyendo el significado he quedado fascinada y he creído que estuviese perfectamente alineado con la idea que tenía dentro de mí. Artemisa deriva del antiguo nombre griego Artèmis, la diosa griega de la naturaleza, de los bosques y de la caza, y es también el otro nombre con el cual viene llamada Diana, la diosa virgen que socorre las mujeres durante las enfermedades.
El nombre recuerda al de dos reinas, la reina Artemisa I de Caria, única mujer con grado de comandante de la flota de Serse, estuvo al mando de cinco trirremi en la batalla de Salamina.
La otra reina Artemisa II de Caria, mujer de Mausolo, de quien estaba profundamente enamorada, a su muerte hizo construir el Mausoleo de Alicarnasso a él dedicado, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Otra figura importante es aquella de la pintora italiana Artemisa Gentileschi de la escuela de Caravaggio que transfiriéndose a Nápoles en 1630 contribuyó a la difusión del Caravaggismo. Se volvió un símbolo del feminismo internacional, porque tuvo el coraje de denunciar inmediatamente una violación.
Contribuyeron a la afirmación de tal imagen su figura de mujer que perseguía la propia independencia y su afirmación artística contra las múltiples dificultades y prejuicios encontrados en su turbulenta vida.
La artemisa es también un aplanta capaz de dar vida a bellísimas flores de verano y primavera tardía de color amarillo intenso. En el lenguaje de las flores transmite serenidad, felicidad y salud. En el medioevo era considerada la “madre de todas las hierbas”, utilizada para curar las enfermedades de las mujeres, mezclada con mirra, higo, aceite e iris era usada para limpiar el útero de las mujeres después del parto, para expeler los fetos muertos del útero de las mujeres después del aborto, para favorecer la regularidad menstrual, para curar los riñones y la ictericia.
Entre sus propiedades mágicas está la capacidad de eliminar el cansancio de quien llevase en mano un ramito en el curso de una larga caminata y aquella de eliminar el mal de ojo y expulsar los demonios.
Artemisa es la Diosa Sanadora que lleva consigo el siginificado de la planta y de la diosa y prevé convertirse una comunidad de padres italianos e hispanos que viven en Alemania e tienen hijos con capacidades diferentes. La red, compuesta de solidaridad y calor humano, quiere ayudar a personas con las mismas problemáticas y crear un lugar de encuentro donde se compartan las distintas experiencias de vida y los caminos recorridos para salir del aislamiento y de la exclusión social.